Tan borracho de aventuras y viajes
en la otra orilla de este mundo
decadente y lleno de apariencias,
busco lo infranqueable de un sueño
postergado.
Tan delirante como cuerdo,
soy un vértice helado
de la estación en llamas
donde murieron nuestros trenes
y nuestras ilusiones, también.
Tan vacío de todo aquello que la luz no espanta
me guío por tus sueños de primavera
aquellos tan parecidos a los míos,
pero el invierno los cubrió
de escarcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario