La edad adulta me sorprendió
queriendo volver a ser niño,
Las nubes lloran orfandad,
el sol busca un rayo de libertad
y yo me pierdo desenredando el ovillo
del tiempo
para retener un momento único,
la emoción perfecta,
esa rebeldía que te da pensar.
La edad adulta me sorprendió con un manojo de poemas,
una escarcha hecha lluvia en tu cuerpo con otra persona,
bebo café,
miro la ventana
y escribo,
así como si nada,
llueve en este domingo sin techo,
y aunque se caen mitos,
y los maestros mueren,
nadie toma el testigo
de este tiempo,
sin alma y con miedo
en el que me llama Señor,
antes de que haya encontrado a mi Peter Pan
que me late dentro.
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