Mañana seré un ave
cansada de tanto volar sin nido,
y confundirás mis alas
con las de un ángel;
ayer fue un abismo profundo,
un imposible de luz,
donde caminé tanteando
por la corriente,
y unas lágrimas negras
cicatrizaron mi mejilla
para siempre.
Como la luna que cae
de tus ojos a mis ojos,
como la espera inquieta
de mi corazón,
como la verdad que se siente
en un mundo de máscaras
y mentiras,
teatro mal hallado de la vida.
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