lunes, 17 de abril de 2023

Antártida

 

-Ni se te ocurra recordar mi nombre- dijo Ella, 
peinándose en el espejo, 
y tras el huracán, 
vino el enfermo relámpago de emociones
que quedan al separar
la Antártida de los latidos de nuestros cuerpos.

Ya no hay nada más que miedo 
en nuestros corazones apaleados
y el amor es el motivo
que despreció Cupido,
mientras, en la Avenida,
nunca tendremos amparo entre peatones y autos, 
entre sombras y lumbre, 
fui caminante suicida
tras el vértigo de los años.

Ella me mató por dentro, 
yo la maté sin querer hacerle daño.




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