Estoy hecho de mil lenguas,
y cientos de paisajes,
tantas carreteras y aeropuertos,
pero con la misma soledad,
diverso idioma.
A través del dolor que nos acompaña,
crucé continentes desérticos y helados,
hice de mi ángel de la guarda
mi aliado,
pasión de un viaje diurno
cuando de tus pasos se deshicieron
nubes de rocío
y del amor nunca estuvimos preparados.
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