Poco a poco fuimos nada más
que dos extraños
que estuvieron mirándose sin ver,
hemos guardado el dolor en la palma de la mano,
y la flor maldita del tiempo
nos ha visto caer.
Poco a poco nos hemos alejado,
y nunca más tuve yo ese lunar de tu piel,
cuando maldije los horizontes y las fronteras,
la vida pasó de largo y me encontró loco, solo, loco,
sin rumbo,
sin más alma que armarme de ayer.
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