En la ciudad perdida
que camina por las sendas
dirección a tu corazón,
en la ciudad macilenta y herida
encontré mi muerte y mi nacimiento
la eternidad de los dos.
El tiempo que yace en esta ciudad
donde se pierde y lo que dio por ganado
el viajero que jugó a ser vagabundo
y fue príncipe de los olvidados
que tuvieron la memoria
en vilo
llena en el vacío
de la eternidad de los dos.
En la ciudad de los sueños desvelados
por la lucha del día a día
por el pan que se rompe en la boca
de quien no pudo comer,
de las madres que vienen de la compra
con la quintaesencia de perder;
ciudad de maestros y locos
de buscavidas y gente que te llevará a la ruina
luto los lunes, fiesta de viernes
edificios sin norte
ciudad de mis barricadas
donde se cerró el cielo
donde se abre cada mañana la vida.
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