Busco escapar
para encontrarte tan cerca
como el infinito del Universo
al reverso de este verso,
y mientras huyo, te busco
en las esquinas dobladas
de esta ciudad perdida;
cual servilleta
donde apunté tu número.
Busco escapar,
y en la búsqueda,
busco sin buscar,
viaje eterno de unas semanas
donde me perdiste
para volverte a hallar,
tal vez con otro rostro o cuerpo,
pero las almas presienten
el miedo y la valentía
que supone esta libertad
de estar vivos...
de arriesgar.
Busco escapar
para sentirme único y multitud
que se confunde
entre lenguas extrañas
y calles sin nombre,
para así saber que vivir
es aprender a perder lo vivido,
revolviéndome como olas,
desguazadas y rearmadas
en las remotas playas de mil caminos.
Escapo convencido
que te voy a encontrar
en este viaje que empieza
donde acaba el destino
-y tu manera de mirar-.


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