sábado, 22 de octubre de 2016

Perro callejero


A veces amanezco
en el desierto de la multitud,
mas nunca me acostumbraré al éxito.

Mi vida solo es
la de ser
perro callejero
que muerde el hueso
en donde vives tú.

Quítate las braguitas negras,
el luto en tiempos de cuaresma
bautiza mi yo tan animal;
tan divino;

perro callejero,
(lo dicho)

que deambula
tras los faroles fríos
donde gozan
doce vírgenes de los balcanes,
las que protegen el mal
y la bendición
tras miradas que van a mí

y ninguna me pertenece.

(Menos mal)

Sigo retando a dios.


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