domingo, 2 de octubre de 2016

Oportunidad perdida


Hay un laberinto sin fin
en toda oportunidad perdida,
palos a tu perro,
y demasiada ceguera
en el sex, drugs and rock and roll.
Suena en un entierro nuestra canción
cuando sentir
se resume en gastar el tiempo
con la Vida (visa)

Respirar
pensando que ya no tienes más por lo que vivir,
desamor que es muerte porque al final no mueres.

Oportunidades perdidas
(...)

Purgatorio de esperarte,
hígados y ciénagas
al otro lado del paraíso.

La viajera claudicará queriendo
quemar su pasaporte sin foto
tras la alambrada marrón
donde los violadores
de reojo le acechan,
contoneos de Shakira en sus mentes
y grietas de cientos de dragones
que ardieron tras los Evangelios.

Hay un laberinto de miedo
o deseos que se atormentan
en el pacto sacrosanto
de hacerse de respetar
mientras te escupen a los ojos
y luchas por mantenerte en pie
aunque las rodillas estén rotas
por delirio.

Toda oportunidad es ahora,
cuando la vida no es vida
y no sé si odiarte
o amarte en cada mañana
con lluvia sobre las botas
y ceniza tras los diarios celestes
esperando el bus 17,
ese,
camino a las oportunidades perdidas.


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