Hay veces
que nadie te puede entender
cuando pasa la vida
y lo peor es sólo eso,
somos tránsito
de tiempo
y nostalgia
en un presente
que acaba en el infortunio
de nosotros.
No he dado a la oportunidad
de que me conozcas,
camarera de ojos fijos y grandes,
a veces pasa el tiempo
con el aroma de un poema entre las almas,
y la inquietud
de que el misterioso caminante
nunca pare
alrededor de la ruleta rusa
del azar y los desencuentros.
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