Insisto en perder
cuando tanto había ganado,
El barrio era la selva;
la partida de ajedrez imposible,
en la que pude dar caza al rey,
y llegué a ser ley
de quien no tiene más regla que luchar
por el imperio de la libertad.
En mi paz, entre mis manos,
con las que escribo este relato
de viento estridente,
circundando el sueño,
hay una quebrada luna,
hecha haz de luz,
y paraíso de amantes,
tras tanta tiniebla
que el corazón desprende
y nosotros mirándonos
sin ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario