lunes, 10 de marzo de 2025

Si el mundo se quiebra

 

Si sientes que tu mundo
se desmorona,
que pierdes pie
en el vértigo de vivir,
silba la canción que canto,
y ven aquí,

en mi paz tendrás cobijo.

Si sientes que el mundo se quiebra
como el hielo en el estanque
donde nunca nos vimos reflejados,
ven a mí, ven,
en mi hombro hay un recodo
para que no te duela el dolor
de estar vivos.

Si sientes que tu mundo
se pierde por los anales
de una historia negra,
que llueva, desde la oscuridad,

que llueva,

ven aquí, compañera,
yo habito en lo hondo
y puedo darte la flor
del jardín perdido
que peina el arcoíris
si abres y me miran tus ojos
por volver a creer en ti.

Ven.


sábado, 1 de marzo de 2025

A falta de humanidad

 
Todos quieren ganar más y más, 
nadie entiende 
que en los inolvidables momentos,
como que te bese
las olas del mar en silencio, 

allí, reside la riqueza, 

Pienso en ti, 
pero mi alma tropieza
con las nubes de alquitrán y óxido
de esta ciudad
donde todo se vuelve nada, 
y se compra la sonrisa,  
donde no se miran a los ojos la gente, 
y en los rostros
asoma la tristeza
a falta de humanidad.





En lo que dura este café

 
Dulcinea piensa que el dolor es romántico, 
y se exilia el corazón tras el desamor.
Yo te entrego el trébol de cuatro hojas, 
en el que la herida hace sanar a la herida,
como USA nos usa, 
cual Imperio que gana a la fuerza motriz
esa que une;
ese relámpago de sentido
en el que se vierte 
la verdad silenciada, 

pregúntale al dependiente de la hamburguesería 
al albañil del rascacielos, 

Qué es la libertad?

Y pueden que besen la cadena que les ata, 
tras el temor de la deportación o la hambruna,
 
vértigo de amar en este orilla, 
de neones y opulencia 
donde se dan las propinas con el corazón vacío, 
y todo es 
un renglón torcido de Christian Dios, 

Será que no llega el metro al barrio
donde me crie y me expulsaron?
y la línea 1 de mis venas,
arrastra sueños aún, y no sangre, 
en lo que dura este café en Reggio Cafe.



El café de Bob

 
En el café donde iba Bob Dylan, 
callo yo, la palabra herida, 
qué es este manantial de desolación, 
de un tiempo sin mayor deseo que el dinero, 
el poder con su usura, pero...

¿Dónde quedan las playas de arena sin pisar, 
dónde irán nuestras pupilas?

tal vez divaguen por Desolation Row, 
si hoy en Nueva York

te escribo a ti.


Cómo


Cómo pintar tu nombre
en un cielo que nunca fue nuestro
y hacer leyenda del fracaso,
en el que fuimos la sombra
de dos locos
amándose
tras los rastrojos del amor.

Cómo dibujar tu sonrisa
sin mancharse las manos
al trazar un cometa en este vuelo
de regreso a la ciudad sin nombre
donde sé bien que te cansaste
de esperar.

Quiero ser libre

 
Hace frío y viento
así se perpetua el silencio entre abrazos, 
sin espíritu ni forma.

Tanta gente con gente, 
tantas personas tan solas, 
que soy un prófugo del sistema, 
que de avión en avión asoma, 
raza peregrina 
en estos versos que te conté.

Sueño mucho, 
duermo poco, 
enhebro roto el tejido de araña
que el pasado enredó en mí, 
añoro el futuro, 
lloro y me emborracho
de la razón que tienen los locos, 
como el ausente despojo
de la flor de la memoria
que llevo en un país 
de un Imperio
y tantas bocas que gritan en silencio, 

-quiero ser libre, libre
quiero existir-


La noche de este amanecer

 
La lluvia del tiempo
resbala en mí, 

he sufrido el eco
de varios precipicios, 
y si he sobrevivido
es por verte venir.

La última pasión
de estos ojos de melancolía llenos, 
languidecen en relojes de Dalí, 
Havard es un camino
en el inquieto devenir del alma, 
cuando pude sentir sin fe.

Ahora en España
estarás ausente mirando 
orquídeas de papel, 
soy la traición del más fuerte
y el vino amargo 
que mi mente desprendió
la noche de aquella despedida.

Esa lluvia del tiempo,
permanece en ti, también,
mientras tambores sin réplica 
son estos versos 
que suenan en el vacío.

Tengo el sueño de temores llenos
cuando en los días venideros
idealizo la poesía para ahogarme
de verdad 

voy tropezando en tu recuerdo 
dulce y violento.
Dolorido y audaz.

La lluvia del tiempo
resbala en nosotros.














Sin ver

 
Insisto en perder
cuando tanto había ganado, 

El barrio era la selva; 
la partida de ajedrez imposible, 
en la que pude dar caza al rey, 
y llegué a ser ley
de quien no tiene más regla que luchar
por el imperio de la libertad.

En mi paz, entre mis manos, 
con las que escribo este relato
de viento estridente, 
circundando el sueño, 
hay una quebrada luna, 
hecha haz de luz, 
y paraíso de amantes, 
tras tanta tiniebla 
que el corazón desprende
y nosotros mirándonos 
sin ver.




Helado tiempo

 
Y cuando todo acaba, 
empieza mi camino en ti, 
lamento de raza hispana, 
mis ojos verdes olivo
se eclipsaron frente a planetas
del delirio,
antesala de ganar el perdido cielo, 

Cuando la palabra amor 
se ha escrito tantas veces 
en la frontera que nos separa, 

el rico del pobre, 
el mal del bien,

la moral vuela como gaviota, 
y murmulla el orden del tiempo
de este café
en nuestras manos muertas
por vivir.


Estación de paso

 
Poeta en Nueva York, 
raíces ancladas
al abismo, 
oxidados oropeles.

Soñé ser escritor 
y nunca enamoraron mis palabras, 
forjado a ser solo soledad
solamente, 
-y eso es tan grande-
porque en el fondo te siento
conmigo en cada viaje.

En el camino nos encontraremos
y si no es así, 
volveremos a vernos 
en sueños, 
de algo estoy seguro
y es que 
la voz de un silencio 
perdura tras el alma, 
como el recuerdo de una travesía sin fin, 
como el olvido de no ser más
que perpetua estación de paso.






Con tu nombre

 
Por un camino errado, 
te encontré, buen destino, 
y me sentí tan solo como acompañado, 
cual azar del rumbo
de un estrella 
protegiendo mis sentidos, 

iluminado estuve, lleno de oscuridad, 
con el sol que relampaguea 
este pálpito,
 
al soñarte besar.

El corazón llora lágrimas de sal
en el desierto de tu voz, 
insano grito
de quien amó estar solo, 
y además, el tiempo, no nos cambia tanto, 


la atracción y el deseo
se diluyen en este salón de té, 
donde Nueva York me llama 
con tu nombre.




Inspiración

 
La inspiración se escapa
en los mares de sal de la nostalgia, 

estamos hechos de imaginación 
que se ensancha por los bordes de la locura, 

Tal vez sea nuestra máxima explorar
las dimensiones 
de un planeta a la deriva
y una mente que divaga.


Nos quedará

 
Empieza a desprenderse la ilusión
por entre los barruntos de esta ciudad.

Me escondo bajo las plumas de aves 
muertas, 
torbellinos de agua
cuando el cielo se rompió, 
mientras acababa de desplegarse la luz
en el centro, crisol de nuestros ojos.

Toda la inmensidad en la palma de la mano, 
de óxido se infesta el tiempo, 
si nos quisimos 
en un triste verano, 
y siempre nos quedará la música silenciosa, 
toda la inmensidad
en lunas pobladas 
por deseos inalcanzables.




Ínsulas de desamor


Sonará música de guitarra,
que haga de este estruendo melodía,
 
no tuve otra manera de entender
lo incomprensible, 
y sonará repique de tambores
en nuestros tristes latidos.

La estrella que cayó 
en las ruinas del tiempo
sabrá lo que llega a anhelar
este mutilado corazón, 
piedra que rodando baja
a las minas del ser
por encontrar el diamante inefable
de tus ojos,

Mientras yo a solas pude entender 
las luces errantes
los cosmos de una mente perdida
que halló la salida 

en ínsulas de cariño
y mares de desamor.




No te olvides

 
No te olvides de todo lo que nos pasó, 
la ira de la lluvia, 
el odio de los otros, 
la súplica de dioses ausentes, 
no te olvides
de que la muerte ronda en habitaciones
cada viernes antes de estallar navidad, 

No te olvides de esa luna, 
que destella en el océano, 
vagando por la ciudad perdida, 

No te olvides de todo
lo que no pude darte, 
de las cicatrices que no sanarán, 
murmullos ante la orfandad del firmamento, 
suspiros apresurados, 
y tú, 
tiempo que vaticina 
el inicio de otro fin.




Destino sin saber

 
Ecuación imposible
tu cuerpo y el mío, 
caminos que se pierden 
en lo inabarcable
de hacer realidad el sueño, 

las viejas canciones 
que fueron abrigo ayer, 
hoy hablan en una guitarra,
latido de tu piel 
de mis sueños de melodía,
sin saber si soy destino 
o el azar es yo, 
sin saber.