El edén de un paraíso desierto,
ese que habla de mi dolor junto a ti,
arte de desalentar las estrellas,
edén de tiempo dormido,
de todo viaje que supone un regreso,
de todo amor que no muere,
aunque se muera.
Edén de soles dormidos,
de heridas abiertas,
de caminos por andar tan conocidos,
de abrazos con los brazos
de las preguntas
que les faltan eternas respuestas
(...)
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