Desde una ciudad cualquiera;
¡soy alguien!
Desde mi atardecer de otoño;
¡Vuelo alto!
......
Y tengo la témpera de la luz
en mi sonrisa anestesiada.
Tantos años tras la locura
de genio incomprendido.
Ademan de ser brisa
que quema en el fondo de mi rastro.
Desde una ciudad cualquiera,
amé y sigo creyendo.
La lluvia es triste sin ojos
ni el arte arrinconado en cada uno
de nuestros tormentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario