Algo nos rescata
de quemarnos en la lluvia,
de ser carne en las fauces del loco,
algo queda en los posos de café,
en el destino del viajero,
que antes de ser preso,
creció en su luz
entorno al fuego
y sus despojos.
El azar de la luna,
en mi iris de ojos inquietos,
algo nos deja la verdad desnuda,
de olvido maquillado
por noches búlgaras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario