El mar y el cielo se unen en este cerrar
de párpados.
Estamos rodeados de espíritus que no
quieren sentir tu miedo ni tu temeridad, que son buenos si tú
demuestras la seguridad y el cariño en ti mismo y el mundo, no hay
mayor magia que la compleja realidad de lo sencillo y sensible.
El cielo y el mar se unen en un alma
grande porque abraza horizontes, quien se sabe con la luz de quien no
muere, quien siente lo que siente sin otra corazonada, más allá de
la desconfianza, la compasión o rivalidad de los otros, teniendo solo magia, lo dicho, magia por hacerte a ti mismo, feliz.
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