jueves, 1 de marzo de 2018
Cenizas
Quedan las cenizas de mi mundo interior,
al final de todo,
como escaparate.
Deshechas por creer
que los espejismos de la gente,
esa, que calla y señala lo que nunca seré,
verán la luz ya cansados
tras esta corona de sal de la desgracia.
Quedan cenizas de Fenix mal hallado
o halago que quema en el lomo
de quién soñó un mundo mejor
ardido por el asombro
de esta palabra alada sin aliento,
pero,
que arde en la voz de un mundo triste;
de alas de ángel deshechas entre los que hablan
sin sentir.
Más que miedo.
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