lunes, 28 de enero de 2019

Anzuelos


Anzuelos de la nocturna y velada realidad,
sueño que te sueño
cuando despierto de soñar,
y todo es una tupida mentira
que avinagra la saliva de Cupido,
jazz a la desesperada,
naufrago a la deriva,
y en un rincón
quien escribe
yace tras el vértigo de la filosofía
del tiempo.

Ahogado en la ausencia
se destiñe el color de tus ojos
al llorar por el último beso
de aquel ave perdida,
y más allá de las fronteras
se intoxica el corazón,
vértice de los que dibujan
sombras,
té derramado de la espera,
de nuestro destino
que la vida envenenó.

Anzuelo en mi boca,
música en tu voz.










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