martes, 30 de julio de 2013

Equivocada tú en brazos de otro


Mi mirada de nostalgia rebosa
por llenarte los labios
y esperar sin esperanza,
al morir en este mar desolado.

Orillas turbias que naufragarán
si nos acariciamos en otros cuerpos
fingiendo yo contigo por el molde de mi almohada.

Soy un hombre
que resignado mira por la ventana,
durante por ejemplo, esta vida demasiado eterna,
y los cordones se me enredan entre vagones de trenes anclados
que te nombran,
equivocada tú en brazos de otro…
llena del placer de la flor que añora,
por forjar tu frente de batalla;
en dedos entrelazados
y los torsos de caballeros con agujeros muy adentro, dentro
del alma
            que tal vez ni sepas llenar.

No dudes más; ¡ven!
qué el miedo será el hacer o que te haga
el daño más dulce de ver pasar el amor
entre nuestro cuello rodando cada noche
y sus hogueras,
para luego volver a empezar
pero no hagas caso a ese idiota;

porque yo soy arte.


No hay comentarios: