Nunca me decidí a dar el primer paso,
que soy cobarde para acabar con el ruido
habiéndole dado a ella un beso en los labios.
Créeme, más de una mujer habría cobijado mis brazos
si no hubiera
dejado de mirarme en el espejo del desengaño
y de escribir versos hablando como si estuviese lejos
la mujer que está a mi lado.
Nunca me decido a ver mi destino
hasta que ella, la que amo en secreto,
poco a poco se va yendo envueltaen ignorar cuánto la he soñado.
Nunca me decido
a dar el primer paso.
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