Excusas de un tiempo
que duele,
amores de un beso
que siempre sanará,
tempestad es el algoritmo
en la palabra que encharca
con mi llanto
el mar.
(...)
Me valió creer que el arte
renace en las raíces del sueño,
para diluirse por las siluetas
de los continentes,
con tu perfil a contra luz.
Mientras, sigo en la búsqueda
que brota de nuestro corazón
imperfecto
cruzado
por la lanza del desamor.
Se pierde en un río la lluvia,
dejó la vida, de sanar.
Ya no haremos belleza
ni podremos cambiar el tiempo
con poesía
ni con los laberintos cerrados
de la libertad.
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