sábado, 20 de febrero de 2021

Escribo


Escribo en la noche de almas inquietas, 
de alarmas en el pecho
del dios del adiós, 
deletreo la certera lanza de lo que no tengo, 
para escribir el triste consuelo
de haber conseguido
tanto 
tras una noche vacía.

Las estrellas me hablan de ti, 
de la hojarasca y el sortilegio, 
escribo el nombre de lo roto,
para ensuciarme los labios maldiciendo
los astros perdidos.

Un te quiero es la promesa
del alquimista que busca, 
y no quedan más que excusas
en la raíz de las primeras veces.

Escribo en esta noche de almas negras, 
cuya alegría puede que sea, 
acabar este papel,
y que en el cielo 
se refleje tu sonrisa 
de luchadora nunca arrodillada.

Escribo lo que viene y se apaga el mundo, 
escribo lo que fue y se entremezcla la luz,
viajes de millones de pasos... 
pincel revoloteando lo que es, 
entre nubes de creación.

Escribiendo...




martes, 16 de febrero de 2021

Espejos


El dinero es un espejo, 
el amor es un espejo, 
la amistad es un espejo, 

y traspasar la frontera de uno mismo, 
deriva encontrarse 
y dejar pasar a nuestros fantasmas

(...)


Lucharemos

 
Escribir el futuro de un tirón, 
péndulo de un verso a la deriva, 
se acaban las súplicas
y volvemos a este teatro de vida.

hace unos años estaba bajo una nube negra, 
hoy mis piernas se resisten a claudicar, 
cicatrices del alma
que mi mirada delata.

Lo mejor está por venir
queda dicho en los anales del tiempo, 
lucharemos codo a codo
por una vida linda
y si vuelve la marea a desolar la playa, 
la experiencia y la luz de estos días
plantearán batalla.

Lucharemos.

Escribir el pasado sin nostalgia;
con una sonrisa, 
no es tarde para ser feliz, 
no es tarde para volver a intentarlo, 
quedan días y lunas, 

hace unos años lo inexplicable me abrazó, 
hoy siento que hay tanta gente falta de amor, 
que la ciudad es un nido de gorriones
que vuelan con nuestras alas, 
antes de que el cansancio o el tiempo nos diga que no, 
o antes que la vida por siempre nos dé la razón...

Plantearemos batalla.




Nunca jamás

 
Preso a esta libertad, 
soy hoguera y fuego, 
agua y manantial, 
te quiero y nunca he vivido, 
cojo de las montañas la senda
que me lleva a Nunca jamás.

La sensibilidad ahoga las horas,
crucé puertas que no se deberían de pasar, 

y qué se hace cuándo lo tienes todo
y nada te queda?
preso a esta libertad, 
un día fui rey de un condado desolado, 
hoy, 
levanto la corona
de nuestra perdición. 

Queda tanto por hacer...
dame la flor de tu pelo, 
sé mi voz en el cielo, 
cuando no se puede más
hay otra puerta en el alma por abrir.



Fábula de la guerrera y el caminante

 
No ves las heridas que me causó la noche?
preguntó la guerrera al caminante, 
no ves que todos somos muertos que respiramos, 
y nos ahogamos en besos que no damos a nadie?, 
el caminante tenía tiempo y le gustaba escuchar historias, 
quiso llegar a abrazarla pero su miedo se lo impedía, 
y ya ves, 
cosas que leyó en romances y poesías, 
le dedicó estos versos como única memoria.

"Si quieres creerme, créeme la mitad, 
soy parte de mi herencia y del viento
y nunca sabré como se dice te quiero
a quien se fija solo en mi forma de amar, 
estoy hecho de cristales y lanzas, 
no soy más que un loco que se salvó de la hoguera, 
aquellos cuerdos murieron faltos de libertad
y yo até a mil caminos mis cadenas, 
Si me quieres, guerrera de la noche, 
mira mis heridas, la sensibilidad es un pozo
que la sangre enfría, 
y tú y yo no somos más que la leyenda del tiempo
en días de ceniza.
Me despido de tu sonrisa, 
no sabría hacerlo mejor
que proyectando un nuevo viaje 
con destino a algún corazón, 
tu promesa es un imposible de amor
que solo lo cumplen los amantes
cuando leen el destino de que en cada partida
sobrevive algo que nos unió."

La guerrera sonrió y dijo con voz grave;

"Acepto tu despedida, 
tu sangre en mi piel tuvo consuelo, 
pero antes que nada se te olvida
que yo puedo tener más dolor pero me quedo,
que partir no es la solución
y el amor es de valientes
que en cada decepción tuya estaré yo
sonriendo porque la luz del sol 
la guarda mi pecho por los dos
cuando en la eternidad quedará
algo nuestro latente.
Algo nuestro."



Frustración

 
Por protegerme del terremoto de la mente,
la noche no me deja ver la luna, 
no quiero perderla, 
pero me pierdo, 
y tan impotente quedo
que sin fuerzas sólo sé besar con dulzura.

Una inyección de paz
necesita mi regazo, 
un sueño perdido de empuje y ojalá, 
dónde queda el arrojo de antaño, 
cuando el mundo era mío, 
mientras mis sienes me exigen
lo hoy no puedo dar.


El hombre sin rostro

 
Siguió el trazo de una estrella. Caminó bajo el agua. 
Besó la tempestad.
Fue quien en silencio cada noche escribió el nombre de ella y sus latidos. Presumía de romper las horas con la lanza invisible de la pena. Huérfano, roto y sediento, tuvo alegría pero también hubo horas circundando la letanía de un gélido suspiro. 
Fue un luchador sin escudo, un guerrero sin espada, y después de sobrevivir tras los años, confundido y absorto no sabe bien quién es hoy.
Amó pero no sabe si fue amado, odió pero también supo del relámpago del otro. Siguió el trazo de un cometa, y se perdió en aquel fuego.
Hasta que un día mirando el espejo, se preguntó por el amor y su destino, nadie respondió. 

Las calles desiertas en el confinamiento de su ciudad norteña presagiaban que el hombre sin rostro no tendría más que la oscura sombra de la compañía de nadie. Un día vomitó la ternura y salieron serpientes, otro nada tuvo sólo el sindios de su alma cuarteada. Los años se agolpaban en su visión, y sus manos llenas de arrugas sujetaban las nubes tóxicas de cada arrepentimiento.
Perdió amigos, perdió amores, se obsesionó con ser libre y la libertad le engulló dejando sólo una huella en la playa de los lamentos. No quedó nada de él tras tanta desolación. 

Hay quién dice que se perdió en el mar, aunque muchos saben que el hombre sin rostro se esconde tras cada uno de nosotros cuando la oportunidad de ser feliz encara las trampas de no saber, no poder amar o sentir que cualquiera puede ser amado de verdad menos tú.



domingo, 7 de febrero de 2021

La luz de sus ojos


A veces las palabras sobran, 
cuando el viento 
se llevó su presencia.

Pero algo queda; 
siempre se iluminará en ti
la luz de sus ojos.

"El final no existe, si lo recuerdas"; 
lo dicen los más sabios del lugar, 
y es que la vida es injusta, caprichosa
y a veces cruel;  
tan pronto se fue, 
que las palabras sobran 
(...)

Recibe un abrazo de su aire eterno
porque en los corazones de quienes quieres 
seguirá viviendo;
mírale en tus huellas, en tus gestos, en tu voz.

Siente la sombra que te cuida, 
vive la presencia de quien no está, 
en algún recóndito sitio quedará
todo lo que sentisteis juntos; 

no dudes de la fuerza del amor
que no entiende
de lugar ni de tiempo.

Aunque no estés allí presente, 
eres y serás parte de él, 
la distancia traspasa la piel,  
y juntos por siempre os iluminaréis
en la luz de tus ojos.




Alrededor; el mundo girando

 
A veces no me reconozco frente la marea, todo se lo llevó el mar, pero mis ganas de luchar aúllan en un camposanto de recuerdos y oraciones.
El amor es la quimera del tiempo, la multitud hecha uno. A veces quisiera ser la voz de quien siente que hay aún esperanza, y que este traje de eterno pasajero de la nada no me viene a medida.
Pero me pierdo, me pierdo en el desamor de lo que nunca tuve, y en sentirme pequeño ante quien me ve grande. Ayer vi una lluvia de estrellas y me acordé de ti. El uni-verso es un solo-verso de longitud infinita.

Bebo té y escribo, conservo la memoria y la partida de aquel viaje que tal vez no haga; una vida tan peregrina y rocambolesca que el amor pasó de largo y tú, sí tú, viniste a verme las heridas. La luna tiene las uñas frías y los ojos con tu nombre. Me siento sin fuerzas, desfallezco y no me creo todo lo bonito que me das...

Hablando de los astros, entre rocas y fuego, gravedad y aparente descontrol, la inercia, que no entiende de principios ni de fines, sólo del latido del milésimo segundo, nos indica que hay alguien que da cuerda a nuestros a nuestros destinos. Puede ser nuestra conciencia, en tal caso, quién será quien guarda la fe en el cajón de las primeras veces enmudecidas por el viento.

Escribo entre noches afiladas y cuarentenas, toques de quedas y firmamentos que lloran la paz de los cansados. Mis ojos no pueden más, mis labios te reclaman, y la vida tiene sabor a alegría contenida, a chasquidos de dedos, a compungida luz, a te espero en el reverso de esta existencia. Todo es un elixir de fracaso que no sabemos beber, todo es un lunes en la agenda, la fiesta de los días que murieron en nuestra juventud.

A veces no me reconozco frente la marea. 
El amor eres tú y mi miedo, el amor soy yo y tus dudas, y entre tanto, alrededor; el mundo girando.