Vuelve el pasado cada domingo
y tus labios manchados de él
y tus labios manchados de él
van
apagando poco a poco
esta
antorcha en mi pecho
tentada
al precipicio,
que no es
tirarse al vacío,
pues
suicidarse es
tomar sin
ti el último tren.
¿No te
habré dicho preciosa antes?
¿Antes de
que deshojases margaritas
rodeada
de lobos cobardes
y
trileros sin apuesta?
¿No te
habré besado en sueños
y sin
sospecharlo…?
Pues,
yo nací en el mismo lugar que tú
a
cientos de kilómetros, tal vez.
La huida
de un poeta
es la
muerte que camina,
chica de
ojos cuan ventanas al despecho,
si el
milagro de la vida
se da
entre tú y yo,
déjame
acariciarlo antes de dormir
por
encima del sueño,
si
quieres…
…porque
vuelve el futuro
como el
temor
de que me
hago insignificante
cuando te
acercas,
y pienso
que otro valiente caballero
calla
esta confesión
movido por el interés
movido por el interés
mientras
te embiste
al fusilar lo que quiero;
al fusilar lo que quiero;
si es que el
mundo está lleno de hombretones
que una
vez teniendo lo conseguido
te dicen te amo
escupiéndote
en la cara.
Dicen
los toreros
“buena
suerte compañero”
y no
es tan fácil como decir
solamente
adiós.
Dicen
los príncipes de la noche
que
entre tantas heridas
no hay
suficientes tequilas
para
susurrarte hoy y por siempre:
Solamente
Amor.