Deletreo el nombre invisible
de lo que ya no está,
en cada letra guardo un recuerdo,
en cada olvido, tu verdad,
(...)
escribo como quien venera en tiempos
de inmediatez y sin alma,
el aura de estrellas extinguidas;
pretendí ser algo más
que una soledad entre tantas,
el que se desnuda de palabras
con la inocencia vana
de haber creído en la poesía.
Y sin temor,
la ansiedad que mi vida provoca
es un maremoto
de emociones encontradas,
hijo de los dioses de la ausencia,
abandono es mi apellido,
sueño de libertad mi bandera.
Deletreo tu cuerpo en lo que dura
esta vida mía desorientada,
el tiempo me puso
al borde de la vereda,
de los que buscan y no encuentran,
aman y no besan,
huyen para viajar
como vértice imposible
de hacer luz
entre tantas tinieblas.
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