Eres pequeña como el rugido
de la fiera que acaba de ver luz,
eres la estrella que se perdió por mi jardín,
eres el regimiento de un ejército de paz,
eres lo imposible
de que no haya que morir.
Como la dulce verdad de un encuentro;
fuiste la tristeza y el dolor del tiempo,
eres una guerrera sin antifaz
que corre al filo del abismo
para recoger la flor perdida del amor.
Eres una espera sin esperanza que nunca llega,
el tren que muere en estación de la vida,
un viaje para soñar, una eterna despedida,
la maleta repleta de libros que nunca leeremos.
Como el frío de un país sin nombre
fuiste el grito mudo de mi boca,
y en un arpegio de guitarra, mil derrotas,
y en aquellos ojos vagabundos
alzabas a pesar de todo, la victoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario