lunes, 24 de julio de 2017
dos Caras
Quema la conciencia en un Alto Horno del Puerto de Sagunto,
en la aula 202 de la Facultad de Filología,
y ahora que me quieren vender por un plato de paella
los unos,
o por la promesa de amistad eterna
que me esculpe al girarme cuando nos despedimos,
los otros;
direis que
"te lo tomas todo en serio",
"te crees perfecto y egoísta"
"vas de víctima"
pero no os comparo,
no me meto en cada vida por criticar,
sin entender la personalidad marcada por los destinos,
y valorar al corazón.
Id contando billetes
que las flores que nadie dejó en mi tumba a los 21
hieden a tanta humanidad muerta alrededor,
para que hierva
en óxido,
vuestro vacío por no haber apostado en la vida
como hay que apostar,
con mi temeraria valentía
de matar las sombras que vosotros admirais
o les lameis el culo sin que os quede saliva ya.
Y en el futuro, si agonizo
viviré en el desierto de la pena
o vuestra alerta del miedo.
Si triunfo reclamareis la ayuda prestada,
ante un equilibrista
de la violencia por no caer en tanto pique cruel,
compra-venta que viaja cruzando de la compasión a la envidia
en vuestras dos Caras,
de billete de 50 euros.
Fracasados.
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