viernes, 24 de mayo de 2013

Nunca serás para mí.




Siempre el ideal se me irá, aunque te tenga;  por los brazos navegará el sueño, porque es aire, y yo solamente soy la última estrella que arde en este segundo de vida...nunca para mí...

Todas las estrellas las quería
pero el firmamento
que se divisaba en el barrio,
me enseñó temprano,
que ninguna serían para mí.

De tantas mujeres,
de ti me enamoré,
pero en mi soledad nadie respondió,
mostrándome desengaño y sangre;
que nunca serías para mí.

Todos los sueños que tenía
no cabían en el rayo fugaz de mis ojos,
un imbécil de tu brazo
me sacaba la lengua,
y os ibais caminando
mientras yo barría y barría vuestros pasos,
en el rincón que sería cama de esos besos
esos, que nunca, nunca, serían para mí.

El idealizar el mundo es peligroso,
porque el mundo no entiende de ideales,
empuñé el fusil de la palabra,
y os reísteis,
vosotros que tenéis miedo al vértigo,
alcé el puño y solo me supe,

porque la utopía, nunca sería para mí.

Ahora, mendigo de mi mal,
entiendo que hay sueños que matan,
pero merecen la muerte,
aunque aun así, amor mío,
ninguno sea para mí.

Y tú, nunca lo entiendas…





FRÍO



Hace frío, y el dolor es lo único que me queda
sí, si llegarás, perdida en la última estrella
que conté bajo un desierto balcón,
tú serías todo, pero no me bastas,
porque hace frío
y tengo ganas de llorar, como un niño
con la canción aquella que soñé
cobijo de mañana primaveral entre tú y yo.

Hace frío, día de febrero,
y el amor es un calendario,
y la luna una duda
que lo amantes se jugaron
con los ojos vendados
y el corazón con miedo,

... qué es realmente lo que da aliento a mi flor muerta,
Sino el dolor, sino el frío.

viernes, 10 de mayo de 2013

Fuego en las mejillas



Fuego en las mejillas,
antorcha quebrada de la duda,
bella, amigo, era bella,
como una peonza que gira
en medio de las ruinas.

Y allí la volví a ver,
quién no se hubiera humillado
ante la humilde humillación
más digna de hacerla poema;
rostro de niña huérfana,
sueño de mujer despierta,
como una sonrisa que no quiere reír.
Como el cuerpo sin delito,
era, eres cual monte que detrás esconde
(tal vez) un paraíso.

Y las miradas no engañan,
porque tus pupilas ciegan,
y la seducción creó en mí mil palabras,
para llenar tu pecho
de amistad, de amor o indiferencia.

Créeme que no es por romanticismo, como verás,
y decir que tus ojos
son dos rocas vivas,
o un cielo cargado de millones
de estalactitas que en las sombras arden.
Que seremos tan diferentes
o tan iguales,
que solo me contento contigo,
si tú eres como el verbo de la despedida
y yo soy todos y no soy nadie.


jueves, 9 de mayo de 2013

lunes, 6 de mayo de 2013

La chica viva que murió en mí.



El verano es la chica viva
que murió en mí.

El verano es la infancia
de picnic y discotecas horteras con olor a confeti,
a las que nunca tenía entrada.

El verano es el siempre es tarde,
antes del próximo año.

El verano era Telecinco en la terraza
y olor a sardinas en la playa de Estepona.

El verano era una bicicleta
que buscaba algo que ni el algo tenía entre sus ruedas,
como la sal de mi saliva,
como el eclipse con el que sonríe
la mañana de playa y sombrilla
donde se escapa mi luz.

El verano fue quererla
hasta perseguir sus zapatos de tacón y ridículos
hasta la Calle Nalsa, 4.

El verano, amigos,
es renacer la muerte en dunas como senos,
en mares como sexos,
en atardecer…

…sangre de tu nombre en mí.

El verano es una escuela,
la fiesta de despedida
al amparo de canciones de El Arrebato,
y bailar y tocarte sin querer el culo,
mientras me prometías que mañana
será otoño,
y el amor tiene frío.

El verano, para acabar,
es un poeta masturbado,
tres estrofas aullando a la noche,
cálida,
pegajosa,
de moscas
y gitanos cantando en la plaza
al honor de los azahares.

El verano es la eterna chica de 15 años
que pasea a mi lado,
sin mí.

Dos lágrimas de Orvalho ( dos lágrimas de rocío)


Dos lágrimas de orvalho,

el rimen del sexo de los dioses,
maldición en las puertas de tus labios,
y hierve surcos por la sal de golondrinas
resbalando en la calentura de mi frente.

Yo no quiero ser más que poeta
en días de rojos pétalos
para recoger polen de claveles contigo,
y dos lágrimas de rocío
abierto el balanceo mientras aúlla tempestades
en cielos dirección a la autovía
donde terminan tus piernas.

Como dos agujas de reloj acuciante
en la ciega nocturnidad
de amor sin mí.

El mapa de tu país
es el cuerpo que te desviste, en aquel verano
que dejé de ser de ETA
para repartir panfletos por la lucha
a favor de la ley y tu saliva,
y tú, joder,
mujer de justicia pero sin camino.

Dos lágrimas de rocío
en el verano perdido cuando me hice pequeño
alrededor de puestos de bufandas y dulce de leche
en el paseo marítimo
de algún tiempo,
cuando te vi besando al surfero rubio
que nunca fui,
ese que me hace abrazar el imposible de la infancia
de aquella playa

y arroja como ácido, dos lágrimas de rocío

ballestas que cercenan la alegría.

Recuerden en el último verano que nunca vendrá.

Morena


Quiero bailar el dolor de aquel tango,
morena!
que te crees con dueño tras el pobre novio
aquel que recoge tus penas
y le vomitas con ansia el miedo

de ver la libertad alrededor del mundo.

Quiero que veas la luz
tras mi risa llena de huérfano empedernido.
Y cesar en el protocolo de terracitas
y el sexo de la tarde en domingo,
porque yo quiero ser viento feroz
que empape tu vestido ligero de brisa húmeda.

Quiero enseñarte que lo único que tiene dueño
es la ilusión que se va,
como piedras rodantes en río helado por el delta de tu ropa interior.


Quiero ensuciarte sin apenas llegar a tu figura de diosa madre del mundo,
para que te olvides de ser mujer
y vivas conmigo una noche,
una eternidad,
en este paraíso muerto
y harto ya de tanta poesía y poco cuerpo donde dejarle sus huellas.

fresas silvestres y caricia violenta con la rabia de quererme más que a mí.

Mediterráneo


Será que mi niñez, como diría Serrat,

se inquieta al vaivén de tu brisa,
atardecer pintado por las témperas doradas
de Albuferas y sol retando al cielo
que mañana volverá a lamer mi ventana blanca
llena de jazmín.

Mediterráneo, luz árabe y latina,
cultura que tropieza con la siesta
entre abrazos a blancas nubes,
y poetas flamencos en el patio de luces
de la Andalucía
borracha del arte...
que solo la nostalgia ofrece a la desilusión.


Los barcos se mecen en el rojo,
entre las calas donde su rompen tus olas,
marea de espuma añil y turquesa,
ajetreo de nubes colgando amores
que nacieron desde tu puerto

como tantos marineros.
antes de partir...
Mediterráneo,
tus veranos como luz y aire desnudando su falda;
algarabía entre los niños que durmieron,
y el poeta con el bálsamo de quebrantos
al ver como vas besando el argento de la orilla ansiosa

en esta playa.

Mediterráneo