Siempre el ideal se me irá, aunque te tenga; por los brazos navegará el sueño, porque es aire, y yo solamente soy la última estrella que arde en este segundo de vida...nunca para mí...
Todas
las estrellas las quería
pero
el firmamento
que
se divisaba en el barrio,
me
enseñó temprano,
que
ninguna serían para mí.
De
tantas mujeres,
de
ti me enamoré,
pero
en mi soledad nadie respondió,
mostrándome
desengaño y sangre;
que
nunca serías para mí.
Todos
los sueños que tenía
no
cabían en el rayo fugaz de mis ojos,
un
imbécil de tu brazo
me
sacaba la lengua,
y os ibais caminando
mientras
yo barría y barría vuestros pasos,
en
el rincón que sería cama de esos besos
esos,
que nunca, nunca, serían para mí.
El
idealizar el mundo es peligroso,
porque
el mundo no entiende de ideales,
empuñé
el fusil de la palabra,
y os reísteis,
vosotros
que tenéis miedo al vértigo,
alcé
el puño y solo me supe,
porque
la utopía, nunca sería para mí.
Ahora,
mendigo de mi mal,
entiendo
que hay sueños que matan,
pero
merecen la muerte,
aunque
aun así, amor mío,
ninguno
sea para mí.
Y
tú, nunca lo entiendas…