¿Dime qué es este vértigo bendito;
la
comisura de mis labios
empapados
de esperanza?
Si
soy enamorado, todo tiene sentido,
las
negras amapolas, la muerte de la poesía,
si
tengo al amor rasgándome la piel,
será
que Dios entiende
la
justicia de verte,
como
si se abriese el mar entre las bocas de abismos y piedra.
¿Dime
qué es esto, dímelo? (…)
Esto
que mana del pecho,
el
rayo eléctrico que da eje a mi suspiros,
¿será
tu recuerdo imposible?
si
me haces tan grande
al
hurgar mis ojos con los tuyos…
Seré,
si me dices ven,
seré…
jinete
de luciérnaga que pasta en la luz del ensueño,
seré,
si me dices sí,
este
torpe enamorado de corbata y pasteles,
conocedor
de la extrañeza eterna,
que
en mi tren roto bajo la estación, solo en soledad yace.
(…)
y me sentiré derrotado al estrellarme
en
calles de nubes de ceniza.
¿Dime
qué es el amor?
por
ejemplo, las noches de insomnio
o
los días de esperar que un mensaje llegue bajo mi puerta,
ser
barredor de las hojas de otoño,
y
que me desees, como yo te quiero,
por
qué no; seamos mentirosos…
al
inventar la única ficción en el mundo
necesaria
para prender el fuego,
en
la verdad de tenerte cerca
y
día a día, sintamos dos almas vacías de paz
que
esperan arder sin nuestra luz.
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