Marcada por la distancia,
las Navidades se presentan
enmascaradas, febriles,
tapiz de nieve blanca
en los arrabales de los corazones
tristes.
Nos hemos separado,
y estas fechas marcadas
no son más que estelas en el cielo,
los regalos se abren
con los ojos cerrados,
porque nunca en una cena
estuvo el otro
tan lejos.
Pero la espera tiene esperanza,
y seguro que el resto de días del año,
tocará brindar,
la luz en el pecho nunca se apaga,
cuando fantaseas con un niño
al decirle qué es Navidad,
extraña Navidad.