Todas las estaciones tienen tu nombre,
guerrera sin piel
y de armadura desarmada,
dardo en el alma naciente,
sombra de enredadera,
donde todos los deseos nacen
y una despedida te ampara.
Y no tengo más horizonte
que empezar con lo acabado,
hay gente que pasa y estaciones de paso,
diadema de luz que aúlla
y te entrelaza.
Todas las estaciones
tienen tu nombre,
el ayer es un mañana sin fe,
nido en pecho mortecino,
sombra de escarmiento
que te besa en cada ciudad
pérdida.
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