lunes, 1 de febrero de 2016

Libre, libre, quiero ser, quiero ser quiero ser libre...


En el barrio en el que me crié
los mercheros jugaban al póker con la policía,
y siempre se hacía la vista ciega;
la ley era inhumana, no estaba por decreto,
mientras la locura pasó por mi sien como una nube tóxica en la puerta 5.

En el barrio donde me crié resucité un par de veces
y me dio tiempo para escribir unos 247 poemas,
la gente descorría persianas
ante el estallido de un petardo
que parecía un gatillo;

no había nadie en la parada de bus
que iba camino a la Universidad.

Barrio Baladre, humo de resignación y lucha,
aprendizaje de cómo nos marginaban lejos de la gasolinera
y de como todos se callaron al oír mis cantos de cisne
pidiendo auxilio.

Puede que el dolor de los aflijidos
fuese una mordaza en el hospital.

Libre, libre, quiero ser, quiero ser quiero ser libre...


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