martes, 15 de diciembre de 2015
Cuando no esté aquí
Cuando no esté aquí,
el vértigo desencadenará angustia que no respira...
me gustaría no creer en el más allá,
pero soy humano.
Cuando no esté aquí
y me imagine abrazando el aire
como un corte entre el alma y todo temporal,
nunca sabré reconocerme en lo helado
de la piel que habito.
Cuando no esté aquí
dolerá no saber bien qué es la vida,
y me preguntaré si la consciencia
me puede librar de ahogarme
en las brumas de otros mundos
(como hago cada mañana al pensarte
después del café)
Cuando no esté aquí
las flores no saciarán mi eterna ausencia
y aunque en vida siento la muerte,
el sueño de existir vaticina el ansia
por volver a escribir la poesía que te nombra.
Cuando yo no esté,
abismo, cordón umbilical como mortaja,
sabré que haber estado enamorado de ella
fue rescatar de la oscuridad
la belleza que nadie sabe ver... entre tantos infestados de vida.
Cuando yo no esté,
un poco muerto, un poco vivo,
sabré que morir es un estado del alma
que el alma es, o un cuerpo que se mueve
o lo que mueve el cuerpo,
sabré que la razón es la división
entre locura y caricia tierna.
Y en el medio...Yo.
Cuando no esté.
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