martes, 1 de julio de 2014

Flores y ausencias


Infestada esta Italia de la bruma de no saber
si el amor fue ella o quien me persigue.

Vigilando la ciudad y las mareas
cada día sin luz
naufrago en cerveza mi nuevo intento
de ser feliz.

Cuando el sexo en ayunas desbaratan sábanas amarillas,
esas que hablan de todo el pasado por delante
y el destino olvidado entre los labios revela que  solo soy soledad
llena de mujeres que insinúan, ilusas, poder destapar mi corazón grapado de llanto.

Madreselva herida,
paseo por Florencia el tallido abrazo
que no supe dar.
Recuerdo en la ausencia de mi mismo
que tal vez sea que en mi propia tristeza me ahogo de tanta
tanta
profundidad.

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