Te pido perdón,
como los desafíos imposibles
que cumplí,
como ser vagabundo
en un rincón del corazón,
y no tener más
que la aflicción
de un canto rodado.
Te pido perdón,
siempre estarás en mis manos,
siempre te tendré en el tiempo,
en el que fuimos tan felices
que hasta la felicidad nos odiaba.
Pero hubo que partir,
encontrarse con uno mismo,
para huir de las sombras
que nos persiguen,
te pido perdón
por no estar más que amparado
por la luz de nadie
y en ese eclipse...
siempre estar tú.
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