domingo, 18 de diciembre de 2016

Cuando se prendió el fuego


Cuando ladra el firmamento
con la voz de un sueño perdido,
cuando lanza flechas Cupido
y el hielo se prendió al fuego
del amor.

Cuando nadie es más que todos,
cuando besar unos labios
es estar solo,
y vuelve de nuevo el destino,
Capitán y caprichoso
sangrando vida
por las comisuras
de un tiempo que se acabó.

Cuando reza la Libertad
por cada ángel caído
y muere de hastío
el último couplé;
cuando no hay más
que recuerdos en la botella
y girando te encomiendas
a que caiga de tu lado
el beso de la muerte
por el que muero yo.

Cuando la agonía
presume de no saber
por qué seguir,
cuando los años ya no merezcan
la edad de merecer,
cuando no queda nada,
y nadas en la sacrosanta carestía
de una Navidad vacía
pero llena de rumores
y cuchilleos en la nevera.

Sabrás compañero,
sabrás compañera,
que cuando no quede nadie
y se hayan llevado su interés,
será el momento de saber
cuánto vales.

Cuánto te debes de querer.


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