Tómate la
libertad de volar allí donde nadie
podrá explorar del todo la esencia, donde nadie podrá robarte el universo que
te alumbra, desafíate ante tus raíces que se pierden y se encuentran dentro de
ti mismo.
Tómate la
felicidad de romper tus zapatos con el sordo devenir de terremotos e insultos.
Todos quieren competir entre ellos; te negarán si eres lo suficiente valiente
para decir o aparentar lo que te apetezca, duro peaje para quien prueba el
suave néctar de bailar sin música. Todos se rendirán ante la belleza pero pocos
te entenderán sin embargo y tus lágrimas, mezcla de ansiedad y extravío,
regarán de azul el pasto oxidado del tiempo, de tu tiempo! Préndelo!
Y mantén
la templanza mientras, para entender la educación establecida sin dejar de ser
servil y no vomitar en la cara de alguno.
Las ramas
deshechas por el viento de la incomprensión te saludarán cada lunes de todos
los días. Mírate las palmas de las manos; cuando no sepas distinguir las
arrugas de las líneas, respira quedo y solo desafía al miedo que te han dicho
que se debe tener. Todavía.
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