Mi
destino es llorar;
vagar
por este barrio circularmente,
…de
puro desconsuelo,
porque
no acepto la muerte de la vida,
para, sin perdonar la traición,
para, sin perdonar la traición,
ir diciendo adiós
tras el inmenso peso de mi pañuelo
que
es hoja al viento
con
tu nombre escrito.
En
esta estación del ánimo
que
se llama depresión,
convivo con los fantasmas
dentro
de un constante aullido,
ese que sin querer te llama,
pues
mi destino es
ser suplica en oídos ausentes,
ser suplica en oídos ausentes,
e
intentar no abrir puertas acechantes
de un alma que tiene miedo
a entrar irreversiblemente
en la boca del dragón.
a entrar irreversiblemente
en la boca del dragón.
Sentir corazones que no fueron míos
y hoy ríen,
y hoy ríen,
ver
mi vergüenza en el espejo,
y
dar vueltas por calles pobladas
como
podredumbre
y pasto
de la mentira y el maltrato,
tal vez, quizá, lo mejor sea
ser algoritmo del tiempo de una ilusión.
ser algoritmo del tiempo de una ilusión.
pobres
ellas que no quisieron,
pobre yo que no me lo creí,
pobre dios que no lo llega a entender.