A Gabriela
No te conozco
pero un relámpago de vida
puedo ver en tus ojos
si hago de ti,
poesía de la niña más tierna;
aunque en el pecho yo tenga cristales rotos
tras el fulgor de tu estrella
Gabriela
la distancia que me separa de ti
es una puerta abierta
donde la magia de las palabras
cuentan sin decir
lo que daría yo por una promesa
Daría mis manos
y mis ojos bellos,
daría la razón de porque seguimos viviendo,
daría la paz del amante
y la guerra sin miedo
por arrancarte esa sonrisa
por robarte un beso.
Gabriela,
daría la locura de mi frente
la palabra prohibida,
mi patria entre Oporto, Brasil
y España,
el camino errante, daría,
y olvidarme del dolor
por tan solo tu mirada.
Pero, Gabriela
no me hagas mucho caso,
si soy un necesitado
que busco calor en el frío
y me sorprendió tu risa
soy ese que se mata a versos
y no sueña durmiendo,
para encarnar la verdad
en el cielo
de la boca que me suspira
Gabriela
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