lunes, 9 de febrero de 2009
Amo el amor de los peregrinos
Hoy en los suburbios
un tal Tello y Pastel odian su patria por mi,
por yo haber salido de la marginalidad
y siendo privilegiado,
no se dan cuenta que daría
lo que sea
por tomar un trago
e invitarla a bailar.
Mejor que no me trates tan bien,
que me podría enamorar
y ser un velero, ya ves,
que parte de tus labios
para adentrarse en otro mar.
Hoy mi pupila es un rayo
que se proyecta en ti,
como quisiera compartir un té
en El Café de las Luciérnagas,
de ser peregrino,
y recuperar el tiempo perdido,
acurrucados ante el futuro
que nos nombra.
Mejor que no me trates tan bien,
que me podría enamorar
y ser un velero, ya ves,
que parte de tus labios
para adentrarse en otro mar.
Cómo pasa el tiempo,
y cuánta duda rota,
si mi meta es tu boca...
no quisiera enamorarme,
pero puede que caiga en las redes
del rencio olvido,
y otro hombre te vestirá
y yo seré la duda,el azar
de los piratas peregrinos
que viajaron una noche
de tus labios a otro mar.
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