El tiempo pasa y nada pasa realmente
para decirte que te echo de menos,
que la ventisca del recuerdo vive en mí
como marea,
el tiempo abrasa para decirte de nuevo
que la vida es un elixir triste
de eterna primavera.
Cuando no hay más que arena
en un desierto sin artificios,
cuando todo es una garganta
buscando dónde respirar,
el tiempo es un tenue color a hoja
deshojada,
un cuchillo que atraviesa,
el ciego mirador de la nada.
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