Roto, no digo renqueante, digo roto,
así estoy y así no me ves,
cuando la sombra de un rayo
vierte su luz a mis ojos y tú recoges
el pincel del color perdido,
roto, como el grito de un niño,
roto, como la verdad que escondo,
y aunque la vida da oportunidades
en la piel tengo marcado
el dolor tuyo y de otros.
Soy lo que guardo en mi corazón,
tan roto como un látigo a la inversa,
roto como la carta que no envié,
roto como que no me mires y se pierdan
los pedazos alrededor de un charco de lava.
Soy lo que no tengo, lo que aprendí cuando no fui
al estallido de la primavera,
y tan rota está mi alma,
que la vida se filtra por lo que no sé alcanzar,
quebrado, entero, roto.
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