Una
lágrima de mercurio vomita el mundo cansado,
niños que mueren en tu misma orilla
y estruendo de risas
barnizando de ruido tanto llanto;
otro bombardeo que alimenta de sal
el café de cada mañana.
Pero,
a pesar de todo,
siempre hay algunos ojos
siempre hay algunos ojos
que vuelven como el escorpión de la esperanza
batiendo la cola al tallado rincón de mármol de nuestro
corazón,
pero,
a pesar de todo,
aunque todos me entiendan, nadie me comprende,
si lo que yo quisiera sería volar más allá de la piel
o el miedo,
para saltar tan alto
que las estrellas lo envidiasen.
Hay veces que me quedo mirando Saturno y sus lunas,
lo admito,
años bisiestos en los que ella no me llamó para preguntar
dónde está el amor entre el interés de mercaderes,
entonces entendí que lo urgente a veces es más valioso que lo
importante
... aunque sueñe besarte como en Casablanca,
y que llegase yo a retener las salidas próximas de aviones
siempre con algún idiota que te esperase en la puerta
junto a un ramo de flores de plástico.
Hay gente que reza por una pastilla, por agua,
por desmantelar banderas;
que reza porque muera dios.
Hay gente que de tanto sudar sangre ante un revólver
son balas valientes
con la sabiduría de una de las lunas de Saturno que te
dije.
Definitivamente el Universo está en sinfonía.
Hay gente que es tan parecida a mí a seis mil
kilómetros
que los que me rodean deberían dejar de mirar sus botas
nuevas
en espejos ya gastados.
Y mientras...
el mundo alrededor,
de poesía dulce y violenta.
Será que la lágrima y la risa están tan cerca
que el cielo hizo llorar de alegría
y la tierra sonreír a la miseria.
Una lágrima de humo vomita el planeta anestesiado
alzheimer de primeros novios que negocian el crimen
perfecto;
y yo no creo en el amor,
solo tengo fe en las ventanas abiertas
al futuro
con el nombre de mujer más mezquino y más digno que sé:
Tierra.
Y el mundo alrededor...
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