compartiré un suspiro contigo
ahora que caen del reloj
dedos afilados y nocturnos
sus púas rebañando el dolor
se enebran como un salpullido
de luto
se escapa a mi orientación,
y la angustia teje
en este cuarto la espera,
¿Cómo hacer de "nosotros"
un tú y un yo
y no perdernos entre tiniebras?
el año en el peregrino despertó
fue al país ceniciento
de los retales como bandera
y con la misma soledad
hizo un pacto
de no ser abdicado
por tener conciencia
se escapan las horas
y beben los varones cerveza,
tras la guerra de este y el otro mundo
el peregrino quedó
con el suspiro de Adrián,
y cartas teñidas
de azahar de María Elena
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Me gusta como escribes.
Esta obra en concreto, me ha encantado :)
Publicar un comentario