domingo, 16 de junio de 2019
Torrencial
Cuando en aquella isla
el corazón del Caribe
calló mi sueño de realidad,
todo acabó en un verano cautivo
en las horas dormidas de un ojalá.
Cuba se adentró en mí
como el viaje interior crudo
y doloroso,
cuando todo estaba perdido
renació la esperanza del hombre solo.
Todo se cubrió de cañas
y lluvia torrencial.
Cuba.
Cima de la nada
La muerte de las palabras,
aullido feroz,
la cima del mundo
en el aire que surge de la nada.
Verano
El verano arroja luz en la ventana,
enredadera de verdad
que amordaza el mundo,
entelequia, hurto sin palabra
es la belleza que atesoras
en un recuerdo vacío.
Verano de ojos que se devanan
en la juventud perdida,
en la locura encontrada,
sol y sombra,
tercio que agoniza en el encuentro
de mil lunas perfumadas de azahar.
Ese año Italia fue campeón,
tus piernas frías a 35 grados,
aniversario el día de San Juan
y canción sin letra que suena
en algún lugar del silencio.
La calima del Mediterráneo
creó despojo de belleza
en arboleda marchita,
el verano arroja luz en la ventana,
enredadera de amor
que amordaza al mundo.
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