martes, 23 de agosto de 2016

El chico que quería volar


El chico que quería volar
murió dos veces en esta vida.

Mientras por debajo del mantel
vuestros pecados son los mandamientos,
la eternidad tiene memoria y vuelve
como horror o penitencia.

El chico que quería volar
fue artista del vacío,
corsario del llanto y su lanza
ante tanta y tanta
y tanta confusión.

¿Quién se acercará a este apestado
por la bendición de dios?

Si la muerte sabía a esas dos veces,
el héroe del absurdo
saboreó aquellos entierros en vida,
intuyendo que solo él es dueño del destino
que se adueñó de la locura.

Paraíso eterno entre el barrio Baladre
y el barrio del Carmen,
ojos de ángel custodio
y alma cosida por la fina lima
del espejismo de Lucifer.

El chico que quería volar
murió dos veces en esta vida.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Escupiros en la cara


Mi forma de escribir,
mi forma de vivir
es una forma de escupiros a la cara,
vosotros que juzgais lo que queda fuera del paraíso,
y vistiéndoos de mentira
formais parte de aquello que tanto criticais.

Algo así como iros de putas
y rezar por las madres de esas chicas
sobre la formalidad.

Mucho miedo a mi locura,
pero la locura es valentía desmesurada
por salirse de la miseria que puebla
vuestra habitación,
en gemidos torpes
y algunos, con el tiempo, me consta,
fantasearán con una poesía como esta.

Mi forma de sentir es escupiros a la cara.

El viejo rico se va con la joven desorientada
con historias para no dormir
y bolsos de Chanel,
los enamorados sinceros se tropiezan
estallándoles el amor en la cara,
y la vieja rica se va con el mulato ratero
al pensar que no se evapora así
el perfume de la eterna juventud;

Y aún me preguntais por qué soy poesía?

Entender al mundo y saber la verdad de cada mirada
es un eclipse a la luz de lo auténtico
y un canto hondo a la desesperación.

Mi forma de escribir es escupiros a la cara.

Detrás de su amor estuvo una vez mi muerte,
detrás de su verdad está
el que te pudras princesa,
vales la pena por la que te compraron.


Reflexión peregrina sobre el amor


Todos buscamos dar sentido a la vida. Algunos poseyendo, otros dejándose poseer.
La diferencia es que el que domina encuentra el vacío teniéndolo todo hecho porque creerse dios no supone estar en el paraíso. El dominado se desengaña de su poseedor más tarde que pronto porque esté le quiere solo para engrandecer su ego. El subyugado se sacia de ser una persona esclava y usada.

(que no te compren por menos de nada)

Entonces lo mejor en mi opinión es viajar por el mundo uno al lado del otro creyendo en el ideal de respeto, libertad y amor con el que sin duda se da sentido a todo y buscar en la niñez la esencia de por qué estamos vivos olvidándonos del miedo de que se quiebre nuestro corazón al lanzarse al pozo ciego de la bondad.

Pues la bondad debe ser racional.

Amor e inteligencia, razón-pasión en equilibrio y como peregrino, entregar el corazón a todos y ser libre, muy libre para no casarse con nadie.

martes, 9 de agosto de 2016

Tras los gemidos


Debajo de tu falda
palpita el Universo.

Me hablas de economía
mientras disimulas que un animal latente
se revuelve en tus bragas blancas,
humedecidas por ese gran charco
de zumo salvaje que mi boca devoraría.

Sigues hablando de la crisis,
del déficit...
de la ceguera,
asomas de reojo la vista
a la montaña que se eleva;

tu boca se abre,
bebes de la copa,
abres las piernas entrecruzadas
y pides permiso para ir al baño.

Vuelves
con el pelo recogido,
tu lengua con la mía serían Libertad,
tus labios dignos entre mis piernas; Libertad,
y arrancarte la blusa
después de haber esperado tanto
para llenar de violencia y paz
la tristeza del mundo.

Aunque nada tenga sentido;
¿qué tal si esta noche se lo damos?

Y que sea por amor.

Puede que suene tonto.

Pero créeme...
Sabrás que la guerra empieza tras nuestros gemidos.


sábado, 6 de agosto de 2016

Baja y Alta Suciedad


Era tan pobre que no tenía más que dinero,
'amigas' que le reorientaban cómo vestir, cómo actuar, cómo follar (...)
Tanta gente acorralada y en rebajas.

Era tan pobre que el dinero de papá entaponaba (quien sabe si para siempre) el run run feliz y molesto de sentir las olas de la libertad.

Pobreza a base de la dictadura sin armas de la apariencia, de venderse al mejor postor y el rubio con dinero encula en sangre a la india. Y el viejo con dinero desvirga niñas mientras echan películas de Disney.

Eres lo que tienes, no vales lo que eres.
Desengañate.

Mientras, otros tan pobres y sin nada en la nevera creen que el paraíso se compra a plazos. Muertos de hambre y de sentido de vida. Si Marx levantará la cabeza...

Pero yo que soy más puta que santo me bajo los pantalones solo ante la pureza. Esa pureza que es un narco colgado del cuello en los puentes de las autovías de Monterrey. Esa pureza que nadie entiende, cuando ni violador, ni violado, beso los labios de las damas cansadas de llorar, de venderse en un mundo en venta.