lunes, 29 de febrero de 2016

La profecía


Humillado.
A mis espaldas llevo la profecía
de haber intentado ser feliz en lo que dura este presagio.

El miedo vence
frente a lo ridículo de enseñarte el corazón,
mecido por el ritmo de tus gemidos con otro.

'Un sol nace por nuestras manos pero
el universo muere en ti'
Escribe el preso
que de tanto ver los ojos al dolor
se quedo ciego
o llegó a contemplar la sonrisa de Cristo.

Profecía de dar amor en un mundo injusto,
que quema heroína junto a la pureza,
que fusila a las novias
y ahorca a la fe,
sin creer que sin ti el hombre muere de soledad.

Equilibrista de la locura soy...
Me dejaré llevar.
Que nadie sepa mi desmoronamiento tras el espejo azul.


jueves, 25 de febrero de 2016

Santa locura


Nadie sabe nada de nadie,
y esta ciudad entorna
las ventanas antes que francotiradores,
hijos de la traición y con tu sangre,
apacigüen gritos suicidas
con droga caliente entre las manos
e Iglesias que se van incendiando
donde se perpetuó
el asesinato de cada nacimiento.

Crisis, España, hoy.
Nostalgia de verdad entre tantos falsos confidentes.

Pero reconócelo, coño, estás solo!
tu cuello vale un puñado de monedas
y los poetas liman con cuchillas oxidadas
las yemas de sus dedos,
los que besó esa chica perdida
cuando la primera vez
sabia a "Buenas noches principito".

Nadie sabe de libertad.
Las madres engañadas
educan a los hijos como patrones
de un barco tirado por hijas.
Pero la niña ya se resignó de buscar
una compañera con la que crecer
en el álbum de causas de tortura
cuando la prostitución da todavía para comprar leche.

El amor es un acto revolucionario,
lo sigo creyendo,
un grito en un mundo bastardo
sin más alma que el dinero o el revolver.
Suspiros para sobrevivir
de gente que sostiene el corazón al cielo
sin que nadie atienda
a ese tullido y maltrecho trozo carne muerta
y amarilla.

Ella se irá con el malo del cuento, 
y el muchacho 
que la soñó luciendo una bella violeta en la solapa 
se quedará mirando
mientras se besan. 

Ella lo advierte y en ello abrirá los ojos
para clavar la humillación de decirle sin palabras:

jódete, las flores son para los muertos.

El mismo color del firmamento
lo atesora la mierda de los charcos;
hay gente que quiere suavizar al dolor
pidiendo disculpas a la muerte
pero mañana el final le amasará como el rodillo al pan
que solo comen saciados
tus niños del primer mundo.

¿De qué sirve mantener entrañas y vísceras
bien ataviadas con corbata?
¿De qué sirve escribir, beber, follar
si no está apoyada tu cabeza en mi hombro
después de eso?

Quedará para el museo las obras de arte
que no viste al morir joven,
las clavículas heladas
sin besar por no ser valiente.
¿En qué parte de la historia 
se verá escrito el que yo te ponga una rosa en el pelo
y tú llores impotente por la felicidad
que nos borraron tras un corazón de tiza? 

Y a pesar de todo,
a pesar del asesinato
que es la vida misma
en la parada de bus,
(a pesar de mí),
solo diré que nadie sabe nada de nadie
pero Te Quiero,
acto rebelde de pacificar el mundo
si tú me miras tras las secuelas
que te marcaron las serpientes y su cicuta.

Quien sabe del horror de la vida
valora más nuestro abrazo
cansado de hospitales
y pájaros enjaulados
de la santa locura.

Santa locura. Como tú.


Corazón guerrero


Pasó de largo la luz por la calle del olvido.

Pero no tardes, poeta,
en perderte de nuevo en miradas
de bellas mujeres
que mantengan viva la pureza de tu corazón guerrero,
ese que aprendió a bailar por la noche
en un baile de disfraces que empieza a cansar.

Que nadie sepa lo que queda detrás.

Traga saliva. Muestra colmillos.
Y da las gracias por el carbón de unos ojos.


miércoles, 17 de febrero de 2016

Miedo a un latido


El amor da miedo,
pero solamente mirarle a los ojos
es poder asomarse a la vida real;
detrás de tantos idiotas
que solo hacen ruido,
el amor es lo único cierto,
pues nadie en este mundo podrá querer
si no soñó tu boca
o besó a la soledad...

Nunca sabré lo que sentiste tú,
bala asesina cada noche
de tantas soledades,
si los hospitales confunden
el latido de mi corazón
con las letras de tu nombre;
solo el amor provoca
el mayor miedo del mundo,
el ver nuestra insignificancia
de ser pequeños, muy pequeños...
y no poder escapar.

Somos luces fugaces
que reclaman un abrazo como auxilio,
somos versos rotos y extraviados
sabiendo que nos engañamos
pero haciéndonos los locos
limpiamos con barro
las cagadas que hicimos
(...)
somos niños cobardes
que se inyectan lo que no son
para disimular coraje,
y vieron la vida como aquello que pasa
sin saber realmente si la supimos vivir...

Tú solo quieres bailar
mientras yo aguanto la flor que guardé por ti.

El amor es creer
( y reivindico que creer sea un derecho de la humanidad),
el amor es hacer bella la muerte,
es ser guerreros con espadas bajadas
y marcas de sangre,
el amor es sacarle la lengua
a los que me dijeron que la vida no está a tu lado,
mientras el tiempo es un taxi que no cogiste
y este beso en un rincón del olvido,
resignado,
puede que se lo dé a otra.

El amor es
que tú bailes
y yo te pise los pies sin darme cuenta...

...pero por amor.


jueves, 11 de febrero de 2016

Princesa sin cuento


María sin apenas quererlo
acabó cediendo
al chantaje del querer.

Primero; por qué te pones esa blusa?,
luego vendría el no vales nada,
ahora cada noche maniatada con un cinturón,
dejó de recordar quién fue.

Él es un cobarde con los compañeros
pero demonio en casa,
que cambia cromos de Messi en el bar
para después calmar la borrachera
en el cuerpo que piensa que le pertenece.

Y tras los gritos,
ningún vecino sospecha
que la sangre bajo la puerta
duele menos
que el pecado inocente de ella
al creer que habría algo bello por lo que luchar.


Tic
Tac
Tic
Tac
los minutos barruntan pasos
tras la puerta,
pues Sirenita ya no baila bajo el mar,
Cenicienta volvió a perder resignada su zapato,
y Caperucita, engañada, se perdió en el bosque...
si al final la fantasía del amor
duerme cada noche con la misma pesadilla
y el espejo le devuelve a esa niña que besaba sapos
un príncipe azul hambriento en sexo y rabia
cual lobo feroz (...)

Una noche,
tras cinco rayas de farlopa
y whisky derramado por la alfombra,
él se bajó la cremallera
culpándola como siempre del vacío de su vida.
Pero ella, esta vez sí, por fin se decidió,
sujetando por la espalda un cuchillo
y frente a él,
cara a cara,
las sombras de la calle y los coches
iluminarían el gesto en el que María
presa del miedo pero por fin libre...

se lo clava

(silencio)

...
a sí misma para dejar de sufrir.

sábado, 6 de febrero de 2016

Al acabar con el amor


Al acabar con el amor,
en el menor de los pesares,
te queda bailar a solas
tras las cortinas y desnuda
mientras haces círculos
con el humo de un cigarrillo
alrededor
del sexo de los ángeles.

Otra cerveza más,
y ceniza
donde el corazón tenía latido,
juego bastardo y sutil, la vida
que te quita lo ganado
cuando todo quedó al final
en ser usada como una droga más de él,

contigo porque me matas.


Al acabar con el amor,
aun queda una legión de hombres que te buscan
¿lo sabes?
pero la confusión crece
y el más mentiroso puede que diga la verdad,
filosofía huérfana de luna llena,
de loba herida,
que vomita diamantes con estiércol
en el beso asesino
de príncipes decapitados.

Otra cerveza más
y otra,
guardas un viejo libro de poemas
y yo sueño contigo
al copiar un verso,
no sabría decirte cuánto cuesta crear ilusión
de este castillo en pie y de nuevo derruido
que es la existencia,
pero créeme que pienso en ti
aunque eso suponga, también,
el ser víctima de las oscuras y negras sombras
de quien te amó antes.

Lo bello de una mujer
es lo que esconde,
ver los ojos que tiene en realidad...
cuando veo tus ojos,
rozar tu piel y lograr que la muerte
sea principio
y no el fin,
o mojarte recogiendo pétalos de sal
entre tus piernas,
eso sí, siempre antes con tu fracaso
que con la gloria.

Esta sí que es la última cerveza, dices,
(son las siete de la mañana y te debes levantar pronto)
¿dónde queda el robar dulces
como si fuera la primera vez?
¿dónde queda el esperar que florezcan los almendros?

Tal vez solo hayamos transitado
en un absurdo de personas que duelen
pero guardamos en el corazón todavía sus promesas,
como eco de adicciones
que se resume en
haber creído
luego
haber amado
luego
haber caído

y no morir.

                                   

miércoles, 3 de febrero de 2016

El destino juega con ellos


Ella duda
y es por eso que Él no sabe si dar un siguiente paso o no.

¿Cuántos años se han perdido 
por no saberse mirar 
cuando ni siquiera se conocían?

Él sueña desabrochar cada botón de la tristeza 
que envuelta en miel
Ella le regala al sonreír entre la gente
pero siempre habrá formalismos sociales
que no dejan ver 
la inmensidad de unas pestañas.

La ciudad va evaporando los sueños 
desmoronados
después de sonar el despertador.
Ella duda y Él sigue dando un paso atrás.

Nadie entiende al amor
pero es imposible no oír el canto del jilguero 
que asoma en el horizonte.

Pesa más el rechazo que la arruga,
pesa más el olvido que la soledad.

Ella morena cada noche y desnuda
juega con sus dedos
a barnizar de almíbar el deseo
que ni Ella misma sabe que Él le suscita.

Él, mientras, caballero torpe 
de un cuento tantos años repetidos, 
buscará una verdad
entre los espejismos de realidades
que como una alambrada 
le curten los brazos al querer abrazar 
sin éxito el sentido de la vida.

Amigos que ya se fueron, 
enfermedades que vendrán...

Hace mucho tiempo que el destino juega con ellos,
y el libro de la alegría
permanecerá abierto, 
aunque nadie se asome
por ver si estaban escritos sus nombres.

Él nunca escribió poemas,
pero cuando la vio en aquel bar,
arrebatadora, 
inmensa en su minúsculo universo,
probó escribirle unos versos con letra ilegible:

Lo bello de mirarte
es entender lo que ni yo entiendo,
es hacer más bonita la muerte.

¡Qué decir de la muchacha!
Se hubiese fugado con Ella cualquier hombre de la ciudad
pero sabía bien que eso no era amor.
Él, entre un ejército, 
haría esfuerzos por mantener la compostura 
pero lo virtuoso no era enamorarse...
lo virtuoso era que se notase delante de todos
y no quedar como un perfecto idiota.

Pasaron tantas noches...
taxistas, bares, 
amantes con cama y sin respuesta...
pasaron promesas que no se cumplirán
(dudas tras jurarse la luna)
que Él, nuestro protagonista, quiso dar cuerpo a una emoción
en el baile de Carnavales de la vida,
donde se queda sin pareja quien
muestra el color de sus ojos antes de hora.
Así que... 

...se dirigió a Ella por fin, 
y con un nudo en la garganta
dijo algo que no llegué a escuchar,
Ella sonrió y le dio las gracias,
a partir de ahora
sabiendo las penas y mentiras del amor,
os dejo a vosotros amigos que sigais escribiendo el final (...)


Ella se llamaba Ilusión, 
Él Amor,
quizás no puedan vivir el uno sin el otro sin entenderse
y es que...
hace ya mucho tiempo que el destino juega con ellos...

lunes, 1 de febrero de 2016

Libre, libre, quiero ser, quiero ser quiero ser libre...


En el barrio en el que me crié
los mercheros jugaban al póker con la policía,
y siempre se hacía la vista ciega;
la ley era inhumana, no estaba por decreto,
mientras la locura pasó por mi sien como una nube tóxica en la puerta 5.

En el barrio donde me crié resucité un par de veces
y me dio tiempo para escribir unos 247 poemas,
la gente descorría persianas
ante el estallido de un petardo
que parecía un gatillo;

no había nadie en la parada de bus
que iba camino a la Universidad.

Barrio Baladre, humo de resignación y lucha,
aprendizaje de cómo nos marginaban lejos de la gasolinera
y de como todos se callaron al oír mis cantos de cisne
pidiendo auxilio.

Puede que el dolor de los aflijidos
fuese una mordaza en el hospital.

Libre, libre, quiero ser, quiero ser quiero ser libre...