sábado, 19 de diciembre de 2015

¿El espíritu de la navidad?


La vida pasa.
Se retuerce la piel, merman los cuerpos pero el sol es el mismo.

Todo indica que no hay salvación, que nuestro aliento es un préstamo en cada ultimátum y se va retorciendo poco a poco por la jaula oxidada de la muerte. No hay escapatoria.

El amor es una excusa, y es que ¿no ves cómo te vas desilusionando en cada invierno?

Pero yo escribo mirando también ese lado de magia que hace rezar al ateo mientras cae el avión. Escribo por la mirada que se pierde más allá de nuestra infancia al sonreír mientras un bebé sonríe.

A los brindis que dicen que todo es eterno en ese trago. Voy escribiendo, toma nota, porque si no hay dios alguien lo inventaría, como hemos inventado llegar a fin de siglo o poner flores en las tumbas del ayer. Escribo porque no es vida pensar que no hay vida, es algo así como remar contra los instintos.

Escribo porque la ciencia es una invención humana como la religión, ni más ni menos, solo que la ciencia explica muchas cosas de lo que se ve pero le hemos hecho tanto caso a la evidencia que este sistema nos hace ser materialistas, máquinas que sin piedad no oyen el aleteo que sobrevuela nuestras sienes diciendo que por amor sería tan bello vivir...

Escribo por el espíritu de lo absurdo, la navidad por ejemplo, por esas fuerzas que están aunque no se dibujen y duermen con nosotros...aquello que sientes mientras el cuerpo lo ves raro, emoción que brama en toda una galaxia...para luego digan que no existen los milagros.

Felices fiestas.

Besos y versos peregrinos!!


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