jueves, 26 de noviembre de 2015

Nube amarilla al cielo


El tiempo dice que vivir
es un callejón sin salida
donde la conciencia, acorralada,
lamenta haberse aprendido sus pasos
cuando, irracional,
siempre es llevada por la marea.

El amor, la vida dicen
que se acaba esta verdad
que en realidad, no es verdad.

Y la respiración se entrecorta
para que tu firma sea hoja caída en otoño,
antesala al frío eterno.

Pero después de todo lo que digan
y encarando a los siglos con sus cadáveres,
yo te digo que Te Quiero,
que solo soy yo la inmensidad,
y si no creyera en el delirio
y la esperanza,
ellas no osarían retarme con su beso asesino;
decirte que el accidente de saberme vivo
amansa al invidente camino tras mis ojos;
poema que mira la entraña como oro,
podredumbre y uña negra
que grita No quiero morir
o verte morir.

No todo debe ser
esta exhalación de plomo o azufre por mis pulmones.
Y la  vida sigue tan injusta...

Ni existe la muerte tal vez,
pues si la vi, ella no sabe que existo
así lleno de luz
que vuela nuestra palabra como nube amarilla al cielo.
Quiero creer que no sabe que existo.


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