domingo, 8 de noviembre de 2015

Chiquitín


A mi gato.

Es un chiquitín aunque crezca.
Si lo dejo solo
gasta una de sus siete vidas,
es un gato con bigotes de poeta,
tan negro su pelo
que en la silueta de la noche y la luna,

él brilla.

En cada siesta calma el dolor del tiempo
(se porta muy bien mi compañero)
sus patas van tropiezando cada mañana al despertar
mientras espera maullando
que le prepare un tarrito de pienso.

Maúlla entre los cables de las antenas
la canción sin cuna ni corona,
porque él es a la vez príncipe callejero
artista seductor que camina
lleno de luz por entre las sombras.

Ojos amarillos;
misterios se encierran
en un pequeño frasco,
pantera que duermes tranquilo,
que nadie te sobresalte
si eres el guardián de tantas almas en pena
entre las nubes del extrarradio.


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